Los líderes de adolescentes han de esforzarse por ser emocionalmente significativos para ellos. Esto último será la puerta que les abra el corazón de los chicos y chicas.
En los dos primeros artículos de esta serie se han visto la evolución de la fe en las diferentes edades y en ellos se ha enfatizado el desarrollo de la misma. En el presente artículo, el tercero de la serie, procuraremos, también, ver qué implicaciones prácticas pueden derivarse para nuestro ministerio con este grupo de edad.
La fe es algo dinámico no estático
Existen muchos factores que para bien o para mal influyen en el desarrollo de la fe. Algunos son comunes a todos los jóvenes como por ejemplo los cambios propios del desarrollo personal. Otros, sin embargo, son específicos y propios de cada joven y por tanto puede ser de ayuda para el líder conocerlos y entender cómo afectan al joven.
El contexto social influencia el desarrollo de la fe
En la niñez, por ejemplo, la situación del hogar, las relaciones con los padres y la calidad del modelo ofrecido por los progenitores son influencias definitivas que van a afectar la visión que los niños se forman de Dios, su habilidad para creer o confiar en Él y su potencial para el
desarrollo de la fe.
En la adolescencia, la apertura al mundo exterior produce una crisis en la fe del adolescente. Al intentar encajar lo que se le ha enseñado con lo que otras voces dicen, empieza su lucha con las dudas y cuestionamientos al contenido de su fe.
Las experiencias pasadas afectan las presentes
Cada estadio del desarrollo de la fe se basa en los anteriores, se construye sobre los primeros. Resulta crítico entender esto cuando estamos trabajando con personas de esa etapa. En ocasiones, se nos dificultará comprender y menos tratar los problemas presentes sin antes haber explorado ciertas situaciones o experiencias pasadas que pueden ser las que han generado las presentes.
La adolescencia es un tiempo de cambio en la fe
Todos los estudios y todas las teorías sobre el desarrollo de la fe coinciden en el hecho de que la adolescencia es el tiempo en que cual la fe es cuestionada. Las nuevas capacidades intelectuales y la necesidad de independizarse de los padres pueden ser causantes para censurar la fe.No todos los adolescentes son iguales, muchos de ellos invierten la mayoría de sus energías en intentar tan sólo sobrevivir a este periodo tan difícil y conflictivo. Sin embargo, es importante no visualizar este proceso como un problema espiritual sino como parte del proceso normal de desarrollo. El cuestionamiento puede ser un indicador de que la fe está en un proceso decrecimiento y maduración.
La forma en que los líderes y padres respondan a este cuestionamiento es muy importante. Si critican, reprenden o juzgan cortarán todo tipo de comunicación con los adolescentes. Si expresan ansiedad, proyectarán sobre los adolescentes la idea de que su fe es débil y no puede soportar un escrutinio profundo.
Cada individuo tiene su propio ritmo de crecimiento
Cada adolescente vive la transición de una etapa a otra con su propio ritmo, por lo que no deberíamos esperar el mismo grado de desarrollo en cada adolescente. Incluso, aunque los cambios sí van a producirse, serán diferentes para cada adolescentes. Uno puede tener un mayor deseo de conocer a Dios mientras otro puede empezar a mejorar su relación con sus padres.No todas los adolescencias son iguales, muchos de ellos invierten la mayoría de sus energías en intentar tan sólo sobrevivir a este periodo tan difícil y conflictivo de sus vidas. En una adolescencia de este tipo es normal esperar menos crecimiento en la fe
No debemos olvidar que el cambio que esperamos es un genuino crecimiento en su fe, no una conformidad externa a ciertas pautas de conducta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario